viernes, 18 de febrero de 2011

El Dorado

El Dorado, mítica ciudad Inca construida en oro y riquezas de toda índole, siempre ha simbolizado el sueño del hombre de hacer ganancias fácil y rápido. Lo curioso es que la historia está llena de seres humanos que trabajaron muy duro para encontrar esa riqueza fácil, llegando a ser un enorme contrasentido. Los mineros que partieron al oeste norteamericano obnubilados por la fiebre del oro dejaron algo más que sus vidas por nada a cambio. En el clásico del cine “Aguirre, la Ira de Dios” el personaje principal interpretado magistralmente por Klaus Kinski (Aguirre), un soldado español que escucha a los Incas hablar de ésta ciudad perdida, se obsesiona con la posibilidad de la rápida fortuna, llevando al extremo de la irracionalidad su búsqueda... Y claro, quién mejor que Kinski para interpretar esa obsesión.

Pero bueno. Google Earth finalmente nos demostró que dicha ciudad no existe. Teníamos alguna noción de que era poco probable, pero la prueba fehaciente de la foto satelital terminó de aniquilar el sueño de Aguirre. Sin embargo, dicha prueba no fue suficiente para entender que no existe el camino corto hacia la riqueza, que todo tiene un costo. No crean que tal o cual actor que hizo rápida fama por alguna película si encontró ese camino corto, porque todos sabemos lo que significa la fama, sobretodo hoy que ya no puedes ni hurgarte la nariz sin que aparezca una foto de ello en minutos en Internet.

De vuelta a nuestra realidad, y como cualquier estudiante de Ingeniería Civil, entendí que en efecto El Dorado no existía cuando tuve que estudiar ecuaciones diferenciales, integrales múltiples, series de Fourier y otras tantas herramientas espirituales que se suponía usaban los ingenieros de verdad para modelar el mundo. Es decir, se supone que de eso se trataba. Pero ya con varios años de circo en el mundo de las TI, he visto tristemente como cualquier fórmula que sirva, por ejemplo, de métrica para medir un proceso, si lleva cualquier operador que no sean sumas, restas o multiplicación (hasta la división complica), está fuera de la comprensión profesional, rayando en el campo de lo académico. De verdad ha sido dramático. Como postule en mi primer blog Las Organizaciones Ciegas, a nivel de grandes organizaciones tenemos la suerte de poder modelar el mundo de la forma en que queramos (y podamos) más allá de los meros sentidos humanos. Pero la idea de modelar es tratar de acercarse 100% a lo que creemos cómo se comporta la realidad, no tratar de adaptar la realidad a fórmulas simples para no tener que pensar mucho. Y peor aún, estamos hablando solo de conceptos involucrados, porque al final del día quién implementa dichas fórmulas o modelos tampoco son los que deciden, termina siendo la misma gente de TI. El usuario solo debe llenar los datos, pero por lo visto ni para eso nos da. Entonces en que quedó la excelencia técnica ¿?

Particularmente, he recibido todo tipo de comentarios destructivos cuando he postulado modelos ‘complejos’ de la realidad, usando funciones exponenciales, campos vectoriales, dobles sumatorias o integrales múltiples. Está bien, cualquiera que lea esto dirá que me volví loco porque en efecto muy poca gente lo podría entender, pero el tema es que no se trata de entender cómo operan las fórmulas, sino de cómo conceptualmente intentan modelar la realidad multidimensional que nos rodea, en base a los conceptos que dichos operadores promueven. Y al menos los que dicen haber estudiado Ingeniería no me vengan a decir que eso es muy complicado, porque se supone que para eso estamos, para modelar la física, la química y la biología a través del lenguaje de las matemáticas ¡! Si de eso se trata ¡! Pero no, ‘ésta empresa trabaja con personas normales, no con genios’ o ‘apuesto que se trata de un sansano’ he escuchado a mis espaldas. En vez de abrazar lo que podrían ser mejores modelos de una compleja realidad, mejor es empatar hacia abajo, hacia la mediocridad, hacia la ecuación simple que con suerte modela una dimensión. Por último, si no entiendes, al menos acepta que quién tienes enfrente algo sabe del tema, porque la ignorancia no es razón suficiente...

Al final, no creo sea la aversión a las fórmulas complejas las que matan éstas propuestas, es la negación intrínseca que tenemos de negar la realidad multidimensional, tratando de simplificar todo como si fuera una vida simple y lineal. Y está bien, quizás debemos hacernos la vida más simple, pero entonces no tomemos decisiones complejas, porque algo andará mal a la vuelta de la esquina. Y cuando ocurre, alegamos que ‘no era previsible’, que fue ‘fuerza mayor’ o cualquier tontera legal que algún abogado de turno indique. Es decir, me van a decir que en Chile es ‘imposible prever’ sequías como la actual o inundaciones como años anteriores, si vivimos hace muchos años con los fenómenos del niño y la niña en nuestras corrientes oceánicas ¿? Imposible prever el daño de un terremoto sobre las estructuras, si somos un país altamente sísmico ¿?

Si tenemos la educación, conocemos la teoría, tenemos los sistemas y los computadores que pueden hacer los cálculos, lo usamos ¿? "No pues, como se te ocurre". No, eso es negligencia, pura y dura. Es buscar la ganancia fácil. Es buscar El Dorado.

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