miércoles, 6 de octubre de 2010

La Moda de la Innovación

La innovación es un proceso, no un resultado. Eso es lo primero que aprendes cuando empiezas a investigar sobre este apasionante tema. Y cuando entendemos que deja de ser un resultado, muchas percepciones cambian. Por ejemplo: No se trata de comprar innovación empaquetada para presentarla como EL gran salto innovador de la organización, sino que se trata de seleccionar procesos internos y externos de la empresa para ajustarlos al aporte innovador generado entre quienes la componen y quieran aportar; No se trata de una moda como otras promesas de mejoramiento productivo, es una sistematización del potencial innovador por años existentes en todas las empresas, normalmente mínimizado; No es impulsada por un área específica de la empresa, es un trabajo transversal de toda la organización. Es decir, es un trabajo dedicado, con sus tiempos y sus acuerdos, con inteligencia y con trabajo, con nociones de riesgo y eficiencia. Por ello cuando se entiende como moda, negar la necesaria sistematización se hace un arte denostándola como lenta y latera, presentando mamarrachos empaquetados con tilde innovador, con la idea de vender rápidamente ésta nueva profecía industrial, pero que finalmente termina archivado en la larga lista de carpetas de proyectos fracasados.

Lo anterior pretende reflejar el problema de cuando hablamos de innovación. Como suena tan bonito en cualquier pieza de marketing, los mas vivos encuentran una excelente oportunidad para obtener dividendos locales levantando sus banderas, anunciando cuales brujos que este es el camino, pero inconexo con otros esfuerzos innovadores pueden resultar inoperantes y contraproducentes, perjudiciales y altamente ineficientes e ineficaces. Al final la organización resiente los resultados, los trabajadores se aburren, y todo queda en nada.

Todos los métodos públicados respecto de como innovar sistemáticamente en una empresa concluyen lo mismo: Primero se deben buscar los problemas que ciertos procesos tienen, ya sea de forma cuantitativa (métricas) o cualitativas (algo que está molestando); luego se exponen con el fin de buscar nuevas formas de hacerlo, ya sea a través de paneles de expertos, innovación abierta (todos opinan), etc.; y finalmente emprender los proyectos internos de alto consenso para mejorar aquello que originalmente presentaba algún grado de disconformidad. Entonces, por ejemplo, de que sirve un paquete adquirido que pretende presentar las potencialidades del pensamiento en red (una variante de la innovación abierta), si al terminar de aprender sobre dicha técnica no existen métodos sistemáticos (y libres de represalia) de buscar que y porqué se debe innovar, no existen estructuras de priorización de temas según su relevancia, no existe un soporte que le asegure al proceso innovador seguir reproduciéndose en el tiempo, no existen los recursos necesarios para llevarlos a cabo, no existe un sistema de calificación de censura respecto de temas delicados para la empresa, no existen laboratorios de prueba de las mejores ideas, etc. ¿?

La innovación consiste en reproducir sin contratiempos, a gran escala y a costos eficientes un invento. Entenderemos por invento la generación de técnicas, procedimientos, artefactos o sistemas, que por si mismos y sin consideraciones externas como costo de producción u otras, logren resolver los problemas que se querían innovar.

Entonces, favorecer cualquier área del proceso innovador sistemático siempre aporta y suma, pero debemos protegerlo de iniciativas aisladas que solo pretenden obtener ganacias locales cortoplacistas en función de la palabra en voga, porque en definitiva se requiere construir una línea de producción de la innovación, y eso lleva su tiempo. Por lo demás, en cualquiera de los casos los resultados se verán en el futuro, entonces no tiene sentido apurarlo, ni buscar esas rentabilidades rápidas a costa del proceso si ella misma solo lo empeorará en el largo plazo. El fracaso es el mejor aliado de los espacios de comodidad, porque cuando las cosas salen mal los gerentes prefieren no seguir ese camino, y al final del día nada ha cambiado.

La buena noticia es que la innovación es tan vieja como nuestra raza, uno inventó el fuego, otro el como reproducirlo a voluntad... Y por ello, cualquier traspie en el camino es solo eso... no es mortal.

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